Uno de los primeros programas oficiales de formación
para las enfermeras comenzó en 1836 en, Alemania, a cargo del pastor
protestante Theodor Fliedner. En esta época otras órdenes religiosas fueron
ofreciendo también formación de enfermería en Europa pero destacó la
escuela de Fliedner. Fue en esta escuela donde se formó la reformadora de la enfermería británica Florence Nightingale
Su experiencia le brindó el ímpetu para organizar la enfermería en los campos de batalla de la
guerra de Crimea y, más tarde, establecer el programa de formación de enfermería en el hospital Saint Thomas de
Londres.
La llegada de las escuelas de enfermería de Nightingale y los heroicos esfuerzos y
reputación de esta mujer transformaron la concepción de la enfermería en Europa y establecieron las
bases de su carácter moderno como profesión formalmente reconocida.
Con la explosión del conocimiento técnico en el campo
de la salud después de la II Guerra Mundial,
el personal de enfermería ha comenzado también a
especializarse en áreas particulares de asistencia sanitaria. Éstas incluyen
áreas quirúrgicas, dentales, maternidad, psiquiatría y salud comunitaria. Dentro de cada una
de estas especialidades se puede optar por una nueva especialización.
A finales del siglo XIX, los médicos franceses Bérard
y Gubler resumían el papel de la medicina hasta ese momento: «Curar pocas
veces, aliviar a menudo, consolar siempre».
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