domingo, 29 de enero de 2017

EL NACIMIENTO DE LA ENFERMERÍA MODERNA.

El NACIMIENTO DE LA ENFERMERIA MODERNA.
Uno de los factores más importantes en la regeneración de enfermería fue, el instituto de diaconisas de kaiserswerth, Alemania, creado en 1836 por Theodor Fliedner .
Las órdenes de diaconisas fueron reavivadas por las iglesias protestantes durante el siglo XIX. Una motivación religiosa impulsaba a las mujeres a realizar un servicio social, y el cuidado de los enfermos se convirtió en su principal deber. A keiserwerth se le atribuye la creación de la primera orden moderna de diaconisas.
Keiserwerh dejó una huella indeleble en toda la enfermería que lo seguiría,
Influyo a Florence Nightingale indirectamente. Fliedner comenzó su labor social fundando la asociación de prisiones alemana, inspirada en las reformas penitenciarias en Inglaterra y holanda. Este conoció a Elizabeth Fry y quedo impresionado por su labor en la Prisión de Newgate.
En 1828 se casó con Friederike Munster y la labor conjunta de ambos para la reforma carcelaria se tradujo en la creación de un pequeño refugio para presos liberados en 1833, este asilo fue la primera de muchas unidades que formaron el instituto. El matrimonio centro su atención en el cuidado de los enfermos y abrió un pequeño hospital con una escuela de formación para diaconisas, su primera diaconisa fue Gertrude Reichardt.
A finales del primer año otras seis mujeres se le habían unido para recibir formación, estas diaconisas no hacían votos sino que simplemente prometían trabajar por cristo, ellas no recibían salario, eran cuidadas de por vida, acuerdo que se reconocía con el nombre de Sistema de casa madre. Su atuendo consistía en una sencilla bata de algodón azul con un delantal blanco y un gran cuello vuelto, una cofia de muselina blanca con un volante alrededor del rostro se ataba bajo la barbilla con un gran lazo blanco. En el exterior llevaban largos mantos negros y tocas del mismo color encima de la cofia.
En 1840 el trabajo en el hospital de Kaiserswerth había crecido de tal forma que se tuvieron que adquirir otras dos casas anexas. En 1842 la capacidad de camas había superado las 200, entonces tuvo que construirse el instituto.
El programa de enfermería, incluía experiencia en la sala para hombres, mujeres y niños, así como servicios clínicos en enfermedades infecciosas, convalecientes y diaconisas enfermas, aprendizaje teórico y práctico del cuidado de los enfermos, doctrina religiosa, este programa de estudios duraba 3 años. Las escuelas modernas escuelas de enfermería han heredado formación del sistema y detalles de la casa madre: el sistema de un periodo de prueba y la escuela de formación preparatoria.
En kaiserswerth la estructura de organización evoluciono hasta incorporarse numerosas facetas de servicio, se dividieron en cuatro áreas:
·       Enfermería.
·       Ayuda a los pobres.
·       Cuidado de los pobres.
·       Trabajo de auxilio a las mujeres presas y las “Magdalenas”.
Friederike la cofundadora falleció en 1842, tras su muerte el pastor Fliedner se casó con Caroline Bertheau quien había ejercido durante 3 años como superintendente del departamento de cirugía de mujeres del hospital de Hamburgo. En 1849, Fliedner acompaño a cuatro diaconisas a Pittsburgh, Pennsylvania, donde asumirían la responsabilidad de Pittsburgh Infirmary (pasavrant hospital).

Las graduadas del programa se esparcieron por todos los rincones del mundo para ayudar en el cuidado de los enfermos y necesitados. Estos comienzos sentaron la base para la fundación de un nuevo sistema de enfermería por parte de Florence Nightingale.


LA DAMA DE LA LAMPARA.



 LA DAMA DE LA LÁMPARA
Los ojos de Florence Nightingale se abrieron por primera vez el 12 de mayo de 1820 en Florencia, Italia, joya del renacimiento de la que heredó su nombre. Hija de un matrimonio inglés noble de amplios recursos fue criada en el sofocante ambiente victoriano y sus rígidas convenciones sociales, especialmente aquellas que dictaban la educación y futuro de una mujer pudiente para ser madre y esposa.
No obstante, desde muy temprana edad Florence se rebeló contra el protocolo y anunció que deseaba dedicar su vida al servicio de los demás, incluso afirmando que había recibido “una llamada de Dios”. A los 24 años y a pesar de la oposición familiar, la refinada y grácil joven se enroló en un curso de enfermería y aprovechó la fortuna familiar para realizar largos viajes por Europa y Egipto, poniendo por escrito sus experiencias y aprendizaje, una costumbre que duraría toda su vida.
Durante uno de esos viajes, en 1850, Florence visitó una comunidad religiosa luterana en Keiserswerth-am-Rhein, en Alemania, donde estudió el trabajo del Pastor y sus asistentas religiosas en el cuidado de los enfermos y necesitados y durante cuatro meses recibió formación adicional en el campo de la enfermería. Según ella, fue un punto de inflexión en su vida, y publicó un año después los datos de sus observaciones. De vuelta en Londres en 1853, aceptó el cargo de superintendente en el Instituto para el Cuidado de Damas en la calle de Upper Harley, donde permaneció poco más de un año.
Mientras tanto, en las costas del Mar Negro, Inglaterra, Francia y el Imperio Otomano se enfrentaban a Rusia en la Guerra de Crimea para evitar la influencia de este último país en Tierra Santa. Los avances de la Revolución Industrial y sus nuevas tecnologías, incluidas las de la muerte, habían transformado el arte de la guerra, de ser un asunto de caballeros y tropas pulcramente uniformadas, a convertirse en una carnicería sin paliativos. Peor aún, el tifus, el cólera y la disentería causaban más muertes que las balas, por lo que Florence se embarcó hacia la zona con un equipo de 38 enfermeras y 15 monjas católicas que ella misma había formado. Una vez en el hospital de campaña, su primera observación tuvo que ver con la falta de personal médico y el agotamiento permanente que sufrían debido al enorme número de heridos y enfermos, además de la poca atención que los oficiales militares prestaban a las víctimas, la mala comida y la falta de medicinas. Poco dada a la inacción, nuestra heroína escribió directamente al periódico The Times de Londres pidiendo una solución a la precariedad de las instalaciones y consiguió que el gobierno formara una comisión, que diseñó y construyó un hospital de campaña desmontable, conocido como el Hospital Renkioi. Rápidamente la tasa de mortalidad se redujo en un 90%.
Existe un debate sobre la capacidad y responsabilidad que la enfermera Nightingale tuvo sobre la mejoría de las condiciones. Sus detractores afirman que en aquel entonces aún no ponía el dedo sobre la llaga de la falta de higiene y las infecciones que esta provocaba. Puede que tengan algo de razón pues es verdad que el tema no había sido ampliamente entendido ni por Florence ni por las demás personas involucradas (hasta que Louis Pasteur lo descubriera unos años después), pero no cabe duda que sus acciones promovieran una inmediata mejora en la atención médica a los pacientes. Más aún, después de la guerra, Florence entendió con más claridad la importancia de la higiene y centró sus esfuerzos en paliar los contagios.

Fue durante su estancia en la Península de Crimea cuando Florence recibió su bautizo de sangre; ahí también adquirió su apelativo espiritual como “La Dama de la Lámpara”. Originalmente concebido en un artículo del Times, un poema de 1857 por Henry Wadsworth Longfellow lo popularizó para la eternidad:
“Los heridos en la batalla,
En lúgubres hospitales de dolor;
Los tristes corredores,
Los fríos suelos de piedra.
¡Mirad! En aquella casa de miseria
Veo una dama con una lámpara.
Pasa a través de las tinieblas vacilantes
Y se desliza de sala en sala.
Y lentamente, como en un suelo de alegría,
El paciente mudo se vuelve a besar su sombra,
Cuando se proyecta en los obscuros muros”.
En 1855, gracias a donaciones privadas, se estableció en Fondo Nightingale para la formación de enfermeras. Utilizando su legado patrimonial, de aproximadamente 45.000 libras, Florence fundó la Escuela de Formación Nightingale en el Hospital de St. Thomas en julio de 1860, que aún funciona bajo el mecenazgo del King’s College. Asimismo, Florence continuó su labor de escritora publicando, entre otros muchos, “Notas sobre Enfermería”, que aún se utiliza en escuelas y universidades del mundo. La ya famosa enfermera, promovió además la formación de enfermeras para otros países, teniendo una especial influencia en la creación del primer cuerpo dedicado a dicho oficio en los Estados Unidos durante la Guerra Civil de ese país americano (1861-1865).

El legado de Florence Nightingale aún reverbera por los hospitales y clínicas de todo el mundo. Sus esfuerzos y dedicación por el cuidado de los enfermos y las víctimas de la guerra destacan como un avance crucial en el aumento de las expectativas de vida en todo el planeta, razón suficiente para colocarla en el pedestal de los héroes. La Dama falleció plácidamente en 1910, pero la luz de su lámpara aún brilla como baliza de esperanza entre los más necesitados.





LA ENFERMERIA MODERNA.






LA ENFERMERÍA MODERNA
La enfermería moderna comenzó a mediados del siglo XIX.
Uno de los primeros programas oficiales de formación para las enfermeras comenzó en 1836 en, Alemania, a cargo del pastor protestante Theodor Fliedner. En esta época otras órdenes religiosas fueron ofreciendo también formación de enfermería en Europa pero destacó la escuela de Fliedner. Fue en esta escuela donde se formó la reformadora de la enfermería británica Florence Nightingale
Su experiencia le brindó el ímpetu para organizar la enfermería en los campos de batalla de la guerra de Crimea y, más tarde, establecer el programa de formación de enfermería en el hospital Saint Thomas de Londres.
La llegada de las escuelas de enfermería de Nightingale y los heroicos esfuerzos y reputación de esta mujer transformaron la concepción de la enfermería en Europa y establecieron las bases de su carácter moderno como profesión formalmente reconocida.
Con la explosión del conocimiento técnico en el campo de la salud después de la II Guerra Mundial, el personal de enfermería ha comenzado también a especializarse en áreas particulares de asistencia sanitaria. Éstas incluyen áreas quirúrgicas, dentales, maternidad, psiquiatría y salud comunitaria. Dentro de cada una de estas especialidades se puede optar por una nueva especialización.
A finales del siglo XIX, los médicos franceses Bérard y Gubler resumían el papel de la medicina hasta ese momento: «Curar pocas veces, aliviar a menudo, consolar siempre».

sábado, 21 de enero de 2017

BIENVENIDOS A NUESTRO BLOG DE ENFERMERÍA.

Te doy la bienvenida a mi Blog, que también es tuyo. Aquí compartiré, todo lo referente sobre Enfermería moderna. esperando que sea de mucha utilidad y agrado para todos los que estamos relacionados con esta hermosa área de la salud.